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Termómetro de las emociones

  • Foto del escritor: EntreNeuronas
    EntreNeuronas
  • 12 oct 2019
  • 1 Min. de lectura

Actualizado: 13 oct 2019

Gestionar la emociones en los más pequeños, a veces se convierte en un tema de intervención. Una manera de darnos cuenta de nuestro comportamiento a partir de lo que sentimos, es utilizar un termómetro.


Ponerlo en práctica es sencillo, hay que ir apuntando la conducta o comportamiento que hacemos, dependiendo de lo que sentimos. De esta forma, podremos identificar lo que nos pasa, antes de desbordarnos. ¡El truco es no llegar nunca a la zona roja!


Pero no siempre nos desbordamos con emociones negativas, a veces, el estar demasiado contento, supone una complicación para el resto, pues nuestro comportamiento no va acorde a la situación.


Esta técnica, también puede aplicarse con la del semáforo. De hecho, llegar a la zona roja del termómetro, supone parar, e intentar relajarnos, para volver de nuevo a una zona más tranquila (y si es posible, a la zona verde). Para relajarnos, y que nuestras emociones desciendan en el termómetro, puede usarse el molinillo, con tal de respirar y volver a la calma.





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